Últimamente, Coca Cola y Cargil se han sumado al boom de la Stevia, un edulcorante natural a base de una planta, con excelentes propiedades para la salud, y han comenzado a promocionar su uso en sus productos. Sin embargo, cuando no, estamos ante otro engaño de los gigantes de la alimentación.
El último engendro presentado como un edulcorante saludable a base de esta noble hierba se llama “Truvia”. Antes de llegar a este punto, las multinacionales del sector presionaron a las naciones para que prohiban la comercialización de Stevia natural; lo lograron en muchos países. Luego fueron acaparando la producción generando oligopolios productivos y destruyendo las economías familiares de muchos productores orgánicos que la producían con muy buena rentabilidad.
Finalmente, presentaron Truvia como un edulcorante diferente, saludable y seguro, lanzándose a la carrera por captar mercados de consumidores obesos, diabéticos y con trastornos cardiocirculatorios. Pero Truvia no es Stevia…
Josep Pamies, en “Truvia, el engendro de Coca Cola”, lo explica de la siguiente manera:
… Truvia sólo un 20% será Stevia y el otro 80% serán Eritritol (un polialcohol que aumenta la glucosa en sangre de los diabéticos) y saborizantes naturales desconocidos que, a falta de más información por la propia empresa, hay que suponer serán sabores añadidos para crear adicción, como nos tiene ya acostumbrados en sus productos.
Y de este 20% de Stevia, el 0% de Steviósido, el único componente edulcorante de la Stevia con propiedades medicinales.
Unos le llaman “negocios”, otros “alimento”, pero realmente es nada más que una gran estafa legalizada por la presión de las corporaciones. Infórmate. ¡Qué no te engañen!
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