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Las pinturas convencionales esconden sustancias tóxicas dañinas para la salud de las personas y del medioambiente, especialmente los compuestos orgánicos volátiles (COV: minúsculas partículas que se despegan día a día de las pinturas).
Las pinturas naturales garantizan un ciclo de vida respetuoso con la naturaleza y nuestro bienestar respetando los criterios medioambientales logrando unos resultados similares.
Según la Federación de las Industrias de Pinturas, tintas, colas y adhesivos francesa (FIPEC), existen cuatro grandes familias de compuestos para pinturas:
- Los aglutinantes, que aportan consistencia y transparencia a la pintura.
- Los disolventes, que dan fluidez a la pintura para permitir su producción y aplicación. Sus componentes orgánicos volátiles son especialmente nocivos (white-spirit, tricloroetileno, o la acetona).
- Los aditivos, que modifican ciertas propiedades de la pintura o aportan otras nuevas (aditivos antiespumantes, absorbentes de ultra violetas, fungicidas, secantes etc).
- Los pigmentos que aportan propiedades ópticas como la opacidad o el color o propiedades anticorrosión, resistencia al fuego etc. Los más peligrosos contienen metales pesados como el plomo, cadmio, cobalto o cromo y contaminantes que resultan tóxicos incluso en pequeñas dosis.
Pinturas de agua
La mayoría de consumidores creen que las pinturas al agua no presentan ningún riesgo. Esto es en parte cierto dado que la gran proporción de agua en su formula las hace menos agresivas para la salud si se comparan con las pinturas en “fase disolvente”. Sin embargo, no hay que olvidar que este tipo de pinturas, aunque menos dañinas, también contienen un porcentaje variable de disolventes, pigmentos y coadyuvantes que son fuentes de riesgos, según el Instituto Nacional de Investigación y Seguridad francés, que estudió la composición y los riesgos toxicológicos de las pinturas al agua así como y las medidas de prevención contra los mismos.
Elegir una pintura ecológica
Las materias primas para la elaboración de las pinturas naturales provienen en su mayoría de recursos naturales renovables y no son tóxicas. Las pinturas naturales y ecológicas no emiten prácticamente ningún COV y por lo tanto, son inofensivas para la salud.
Su fabricación es mucho menos dañina para el medioambiente que la de las pinturas de síntesis: las pinturas naturales son ecológicas y biodegradables. Su fabricación necesita poca energía y produce pocos residuos. Su impacto sobre el medioambiente es mínimo. Las pinturas naturales y ecológicas se aconsejan para las estancias en las que pasamos mucho tiempo: habitaciones, despachos, guarderías, escuelas, hospitales etc. Este tipo de pinturas no contaminantes se aconsejan especialmente para las habitaciones donde hay recién nacidos o niños.
Los riesgos derivados de los pigmentos, aglutinantes y aditivos son los mismos sin que importe el tipo de pintura, aunque el riesgo debido a los disolventes es:
- Elevado en el caso de pinturas en fase disolvente (sintéticas).
- Moderado en pinturas en fase hidrosoluble.
- Débil en las pinturas solubles en agua.
El éter de glicol tiene un efecto nocivo sobre la fertilidad del ser humano. La toxicidad de los pigmentos minerales depende de la presencia de metales en su fórmula: el contenido en cromo puede ocasionar irritaciones cutáneas, de las mucosas o respiratorias como el asma. El plomo y sus derivados pueden causar afecciones renales, del hígado o del sistema nervioso (saturnismo). La acumulación de compuestos de cadmio puede afectar a los pulmones, al tubo digestivo, a los riñones y los huesos. El cobalto pueden causar problemas de piel, respiratorios (asma o eczema). El Centro Nacional para la Investigación del Cáncer, (CIRC) los califica como posibles agentes cancerígenos para el hombre.
Los pigmentos son microcontaminantes tóxicos incluso a bajas concentraciones. Arrojados a los desagües o en la tierra, contaminan el agua y la cadena alimentaria. Además, se concentran progresivamente y pueden provocar intoxicaciones crónicas o agudas. Los gases liberados por estos pigmentos durante su combustión son cancerígenos
Cuando aplicamos este tipo de pinturas en el hogar, cierto número de productos nocivos se expanden en el aire e impregnan los tejidos y moquetas de nuestro hábitat. Su presencia puede durar meses y pueden causar diversos tipos de irritaciones y una disminución de la capacidad respiratoria. Debido a su inflamabilidad se deben tomar medidas de precaución en su almacenaje y posterior uso. La “toxicidad” de las pinturas sintéticas implica un tratamiento específico de sus residuos.
Una pintura natural respeta el ciclo de vida, garantizando un medioambiente menos contaminado en sus diferentes fases desde la elaboración hasta la aplicación en los hogares. Las pinturas naturales se fabrican libres de derivados del petróleo, de disolventes, de dióxido de titanio y de agentes contaminantes en sus embalajes.
En su mayoría, los componentes de las pinturas naturales son: aceites vegetales, agua, tintas vegetales, goma natural y caseína. Este tipo de pinturas ecológicas evitan los (COV), compuestos orgánicos volátiles en su producción y generan los residuos mínimos. Indicadas para las personas alérgicas, las pinturas ecológicas logran actualmente unos resultados similares a las convencionales.
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