La ‘nariz electrónica’ es un instrumento para “oler” que, a base de sensores químicos, es capaz de analizar cuantitativa y cualitativamente la composición de gases, vapores y olores del aire y, según aseguran desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), puede convertirse en un nuevo método de diagnóstico de algunas enfermedades respiratorias como el asma o la EPOC.
Este olfato artificial ya se usa en cosmética, perfumería y alimentación, por ejemplo, para conocer el grado de madurez de la fruta o verificar el estado de la carne. Sin embargo, en la próxima reunión que celebrará SEPAR entre el 28 y 29 de enero en Córdoba, se presentarán las ultimas investigaciones y novedades en torno al uso de este dispositivo como test de diagnóstico.
Su aplicación en medicina nació al usarse para detectar los compuestos orgánicos volátiles (COVs) presentes en la fase gaseosa de la respiración humana.
Según explica el doctor Oriol Sibila, neumólogo miembro de SEPAR, los nanosensores de la ‘nariz electrónica’ experimentan cambios al ser expuestos a los COVs del aire respirado que se traducen en patrones, que “pueden ser usados como biomarcadores no invasivos de varios procesos bioquímicos que se dan en las enfermedades respiratorias”.
La metodología es “simple”, ya que gracias a un dispositivo formado por filtros que eliminan compuestos atmosféricos y la humedad, el aire exhalado del paciente se recoge en bolsas de Tedlar y luego se analiza mediante la nariz electrónica, obteniendo un patrón de COVs para cada sujeto.
“Es un sistema sencillo y cómodo para el pacientes y los resultados son fiables para el facultativo tal y como demuestran ya numerosos estudios científicos” explica Sibila.
Además, en el caso del asma el empleo de la ‘nariz electrónica’ ofrece todavía “un paso más allá” pues se han obtenido diferencias significativas también entre los patrones de los asmáticos graves y los asmáticos moderados.
“Este hallazgo abre enormes expectativas en la utilidad de la ‘nariz electrónica’ en asma, porque además de facilitar su diagnóstico, su uso podría facilitar la identificación de patrones de COVs que discriminen y diferencien de una manera rápida, sencilla y certera los fenotipos inflamatorios celulares presentes en la luz bronquial”, explica este experto.
De este modo, según concluye, se podría también “obtener una respuesta terapéutica más eficaz y personalizada para cada paciente”.
Fuente: Europa Press
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