Huelva 23 de Julio de 2010
La ría de Huelva y su entorno ha sido catalogada decenas de veces como uno de los lugares más contaminados del mundo en diferentes artículos científicos publicados en revistas de ámbito internacional, que se pueden consultar en las bases de datos de NCBI (National Center for Biotechnology Information -Pubmed- -EEUU-). Además, en algunos de esos artículos se ha demostrado también el efecto perjudicial de esta contaminación en la flora y la fauna de la zona, y el riesgo evidente de que afecte a la población humana.
Pero la ciencia suele ir por delante de la política y de la percepción de la mayoría de los ciudadanos de a pie. Sin embargo, ha sido el esfuerzo de un grupo de onubenses de a pie, y no de los científicos ni de nuestros políticos, con la honrosa excepción de Izquierda Unida que ha apoyado bastante, quienes, agrupados en una plataforma ciudadana denominada “Mesa de la ría”, han logrado recoger la inquietud de un pueblo que ve como su hábitat ha sido dañado de forma tan contundente que determinará la salud y la economía de la región durante los próximos siglos. A todos ellos les debemos que Europa vuelva los ojos hacia Huelva y envíe a una comisión especial para valorar un problema que, aún siendo evidente, lo tenemos tan cerca que a veces nos resulta invisible.
El daño ya está hecho, y queda por delante un enorme trabajo para descontaminar la zona de forma efectiva y dar una salida laboral a los trabajadores del polo químico, como indican en sus conclusiones la comisión europea. Pero sobre todo, queda por delante el trabajo de determinar qué impacto tiene y tendrá toda la carga contaminante liberada durante tantas décadas en la salud de los ciudadanos. En este sentido la comisión concluye que es necesario la realización de estudios científicos de índole epidemiológico encaminados a evaluar de forma contundente la incidencia de enfermedades relacionadas con la contaminación, no sólo de cáncer, sino también otras como el síndrome de hipersensibilidad química múltiple, la fibromialgia y la fatiga crónica en la población onubense, tal y como fue demandado ante los comisionados por la asociación de enfermos ALTEA-SQM.
Estos estudios no deberán limitarse a un simple recuento de individuos afectos, sino que deberán tener como principal objetivo el determinar y evaluar la relación causa-efecto de estas enfermedades con los elementos contaminantes. Deberán ser estudios muy ambiciosos, que impliquen la construcción de biobancos y de bases de datos clínicos asociados a éstos, constituidos con muestras de individuos que hayan vivido en Huelva durante décadas, y que se puedan utilizar en la realización de análisis complejos que evalúen todas las hipótesis de trabajo que surjan en el futuro. Estos estudios deberán estar acompañados de trabajos descriptivos y exhaustivos sobre la carga contaminante y su evolución en nuestro entorno geográfico. Será necesaria la colaboración de equipos multidisciplinares de clínicos, epidemiólogos, toxicólogos, geólogos, genetista, etc. Un estudio que debieran liderar, diseñar y ejecutar equipos de científicos de nuestro entorno y cuyas metodologías y conclusiones sean exportables a otros lugares contaminados del mundo.
Todas las tareas encomendadas en las conclusiones de la comisión, tales como la descontaminación, la elaboración de planes de viabilidad laboral y la evaluación del impacto en la salud, representan retos históricos que nos examinarán como sociedad responsable y capaz. Sin embargo, todo esto no será posible, si, como recomienda la citada comisión, no aprendemos a trabajar juntos todos los sectores implicados: enfermos, científicos, trabajadores, empresarios, políticos….onubenses en general que quieren ver de nuevo una Huelva sostenible.
Atentamente
Cristo Bejarano Lepe Presidenta de ALTEA-SQM
Luis Miguel Real Navarrete Director Técnico de NEOCODEX
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