Según la ley 34/2007, de 15 de noviembre, de calidad del aire y protección de la atmósfera, contaminación atmosférica se define como la presencia en el aire de materias o formas de energía que impliquen riesgo, daño o molestia grave para las personas y bienes de cualquier naturaleza. Si bien existen otras definiciones, el denominador común en todas ellas, es el de apuntar los perjuicios sobre los humanos o sus pertenencias, por lo que la mera presencia de sustancias extrañas a la composición atmosférica no se considera contaminación.
Entre los problemas y retos ambientales más acuciantes que actualmente debe afrontar la sociedad se encuentra la contaminación del medio ambiente atmosférico con sus procesos parejos de cambio climático y efecto invernadero a escala planetaria. Hay que decir que a pesar del dilatado periodo desde el cual comienza a plantearse la necesidad de actuaciones y acuerdos concretos, los problemas relacionados con la contaminación del medio ambiente atmosférico son probablemente los más difíciles de afrontar por su amplitud y complejidad a lo que debemos añadir la interdependencia de las actuaciones a todos los niveles.
Según la ley 34/2007, de 15 de noviembre, de calidad del aire y protección de la atmósfera, contaminación atmosférica se define como la presencia en el aire de materias o formas de energía que impliquen riesgo, daño o molestia grave para las personas y bienes de cualquier naturaleza. Si bien existen otras definiciones, el denominador común en todas ellas, es el de apuntar los perjuicios sobre los humanos o sus pertenencias, por lo que la mera presencia de sustancias extrañas a la composición atmosférica no se considera contaminación.
- Efectos sobre la salud y posibles actuaciones de prevención, control y reducción de la contaminación
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