Artículo original en Choco Tóxico
Interesante artículo en el que se pone de manifiesto cómo el alcalde de Huelva se atribuye el ‘mérito’ haber sido responsable de recuperar suelo contaminado de las balsas de fosfoyesos con materiales que, según un estudio de la universidad de Huelva, resulta que son más radioactivos que los fosfoyesos de los que nos querían proteger:
“En su Blog de campaña electoral (post de 3 de abril de 2011), apareció publicado que Pedro Rodríguez había rechazado el proyecto previsto por la Junta de Andalucía para los terrenos ocupados por los vertidos de fosfoyesos en unas 1.200 hectáreas de marismas onubenses. Un proyecto que a su juicio, no es más que “una chapuza, para salir del paso”, ya que no incluye la retirada de los residuos, sino “taparlos con una fina capa de tierra artificial, para plantar vegetación encima, con un periodo de ejecución de más de 10 años”. El alcalde de Huelva se ha mostrado contrario a este proyecto, señalando que “es una tomadura de pelo que vendan un proyecto pionero, cuando el Ayuntamiento de Huelva, lleva más de 15 años aplicando un sistema parecido, pero con una capa de protección mucho más gruesa de la que prevé la Junta de Andalucía, ya que ellos proponen 40 centímetros y nosotros estamos apostando por 7 metros”. En este sentido, Pedro Rodríguez ha señalado que el Ayuntamiento de Huelva está a punto de culminar la recuperación de 60 hectáreas de terreno ocupadas por fosfoyesos, en la zona conocida como Marisma de Mendaña. Es el resultado de quince años de trabajo y puesta en marcha por el Equipo de Gobierno del partido Popular a su llegada al Ayuntamiento de Huelva, desde el Centro Municipal de Recuperación de Inertes, para la recuperación paisajista de la zona degradada, mediante el empleo de residuos de construcción, demolición y restos de podas.
Resumen de la misma noticia en el Informativo del 4 de abril de 2011 de la televisión municipal de Huelva
Brevemente, y antes de proseguir, es conveniente situar cuál es exactamente la zona de los terrenos ocupados por los fosfoyesos recuperada por el Ayuntamiento de Huelva.
En la siguiente fotografia aparecen las 5 zonas en las que el Ministerio Medio Ambiente Rural y Marino ha dividido las balsas de fosfoyeso, según criterios de uso y grado de recuperación.
Ministerio Medio Ambiente Rural y Marino |
La Zona 1 se corresponde con las antiguas marismas de El Pinar. Ocupa un espacio de 480 hectáreas. En 1990 la Agencia de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía decidió recuperar esta zona fuertemente degradada, en la que además de fosfoyesos, en una cantidad estimada de 12 millones de toneladas, se hallaban depositados otros residuos, principalmente lodos y cenizas de Pirita. El proceso de recuperación consistió en el recubrimiento de la superficie, con una capa de suelo arcilloso de unos 30 cm de espesor sobre el que plantaron diversas especies vegetales. En algunos lugares se crearon colinas artificiales con un recubrimiento de 1,50 mts de altura. La recubrición con tierra de tierra se efectuó sin más, sin ningún tipo de capa aislante intermedia entre los fosfoyesos y el recubrimiento arcilloso. Efectivamente, una chapuza que ha motivado que en algunas zonas con mas inclinación y sin suficiente capa vegetal, por causa de la erosión, se hayan producido en algunos lugares calvas en el terreno y en otros la capa de tierra sea tan fina que su labor de pantalla para la contaminación seas más que discutible.
Un pequeño inciso: La Zona 4 es, además, donde la Junta de Andalucía en 1998 decidió depositar sin ningún tipo de medida de control las cenizas radiactivas procedentes de la factoría de Acerinox, contamiandas con Cesio-137 (137Cs), en concreto en el denominado Centro de Recuperación de Inertes. Demostrada su peligrosidad radioactiva, el Consejo de Seguridad Nuclear exigió su confinamiento y encapsulado in situ, previamente sometidas a un tratamiento de estabilización, llevado a cabo por la Empresa Nacional de Residuos Radioactivos (ENRESA). Este lugar, por tanto, ha quedado al margen del proceso de recuperación.
La información sobre el proceso de recuperación la he obtenido del estudio denominado “Evaluación radiológica de las balsas de fosfoyesos de Huelva” llevada a cabo por el Grupo de Investigación “Física de Radiaciones y Medio Ambiente” del Departamento de Física aplicada de la Facultad de Ciencias Experimentales de la Universidad de Huelva, fechado en 2007, y llevado a cabo dentro del Plan de Calidad Ambiental de Huelva y su Entorno bajo los auspicios de la Junta de Andalucía y el CSIC, con la financiación de fondos FEDER.
En relación con los productos utilizados para la recuperación de los suelos de las Zonas 4 y 5, en la página 29 de la publicación de dicho estudio, podemos leer que “sobre la superficie del fosfoyeso se depositan unos 100 cm de RCDs (nota: Residuos de Construcción y Demolición -escombros). Encima de éstos se añaden unos 120 cm de Yesos Rojos (YR) procedentes de la planta de producción de dióxido de titanio TiO2 (nota: Tioxide). Sobre estos últimos se añaden 60-100 cm de inertizado de Palos (IP) y, para terminar la cubierta, se deposita una capa final de tierra vegetal de unos 30-50 cm”.
Bien por nuestro Alcalde. Viva el Ayuntamiento y el Centro Municipal de Recuperación de Inertes.
Así que la recuperación “adecuada” de nuestro Alcalde, frente a la chapuza de la Junta, ha consistido en echar encima de los fosfoyesos un metro de escombros, un metro y veinte centímetros de yesos de dióxido de titanio, un metro de inertizado (residuos industriales tratados) procedente de la Planta de Inertización de Egmasa en Palos de la Fontera y encima de todo este amable megamix, entre 30 y 50 cmts de tierra. Todo un regalito, vamos.
“Este resultado hace que la dosis externa por radiación gamma esperable para una superficie similar de inertizado de Palos, IP, sin cubierta, sea aproximadamente el doble que para los fosfoyesos“.
Cómo te quedas. Resulta que el material empleado para recuperar el suelo contaminado es radioactivamente más contaminante que los propios fosfoyesos de los que nos pretendía proteger. El acabose. Sin duda esto sólo es posible en la capital del despropósito. En cualquier lugar esto sería un escándalo, que costaría, como poco, ceses y dimisiones. Aquí no sólo no se exigen responsabilidades sino que se airea como mérito frente al rival político.
Vaya pareja. Junta de Andalucía y Ayuntamiento, Ayuntamiento y Junta de Andalucía. Cuál de los dos es más chapuzas. Y el ciudadano, inerme, siempre en medio, sufriendo la ineptitud de quienes deberían velar por la defensa de sus intereses.
El alcalde de Huelva, tras dieciséis años de silencio cómplice con la industria generadora del inmenso vertido, aboga ahora abiertamente por el traslado de los fosfoyesos, pero ¿trasladará también los suelos restaurados en los que ha participado el ayuntamiento que preside y que resultan aun más peligrosos que los propios fosfoyesos, o los dejará aquí como recuerdo de su “idónea” gestión?”
Publicado en Choco Tóxico