A pesar de los años de denuncia y de lucha para que se acabaran los vertidos, el cese definitivo de los mismos no es realmente una “guerra ganada”, ni siquiera una “batalla vencida”; todos los ciudadanos de Huelva seguimos siendo perdedores.
El daño se ha hecho, se ha prolongado demasiado tiempo y la porquería queda a las puertas de casa. La única victoria a celebrar será aquella precedida de la exigencia “el que contamina paga”, y tendrá como fotografía la regeneración de la zona.
Fertiberia deja de verter, y hay muchos que se rasgan las vestiduras acusando a unos y otros, sobre todo a los representantes de la Mesa de la Ría, sin hacer nada de autocrítica. La administración autonómica no ha sido capaz de adelantarse a la evidencia y ha quemado esfuerzos en una caza de brujas absurda; algunos sindicatos y sindicalistas se han afanado en buscar culpables sin invertir el esfuerzo en la reconversión; y la administración local ha vuelto a pasar de puntillas para perder los menos votos posibles. Y algo parecido pasa con Foret, lamentos e ira pero nada de asumir los resultados de una mala estrategia ni de buscar soluciones en el marco del “todos juntos”.
Desde aquí la enhorabuena a todos los que participan de la Platafoma ciudadana Mesa de la Ría, y nuestra solidaridad y cercanía ante los insultos y el acoso reiterado a sus representantes.
Dos Orillas también es MESA DE LA RÍA, también somos ciudadanos que comprendieron hace muchos años la necesidad de poner freno al desastre medioambiental en nuestras marismas, y también estamos al lado de cualquier trabajador que luche por su futuro laboral. Y es que luchar por un futuro medioambientalmente sostenible no significa no hacerlo por un futuro laboralmente digno, es compatible e inevitable.
