Colección LAS MEDUSAS, nº 1
AGOTADO
“LA MENTIRA DE LILITH” (poemas)
TERESA SUÁREZ
Edita: Ateneo Alternativo Antonio Carrasco Suárez
Colabora: Instituto Andaluz de la Mujer
Coordina: Marcos Gualda
Fotos Portada y Contraportada: Ángeles Santotomás
Diseño y maquetación: Barco de Ideas
Imprime: Artes Gráficas Hontiveros, S.L.
Béjar, 2002
Depósito legal: S-1532-2002
ISBN: 84-95327-17-1
A continuación encontrará una reseña biobibliográfica de Teresa Suárez, así como el prólogo y algunos de los poemas que componen este poemario.
TERESA SUÁREZ
Biobibliografía
Teresa Suárez (Huelva, 1976)
Licenciada en Historia del Arte
Crítica de Arte
Colaboraciones en publicaciones literarias:
Aullido
Volandas
LA MENTIRA DE LILITH
PRÓLOGO:
La confesión de Lilith
Toda experiencia es conocimiento, y algunas veces el conocimiento también es dolor. El mito de Lilith, su mentira, son fuente de dolor, pero también lo son de conocimiento. Como el bien y del mal, Lilith es la fruta prohibida, el otro lado del espejo, la risa de los Dioses que nunca llegamos a entender. Así, en su mentira, Lilith es el límite de cuanto se nos ha negado, la metáfora femenina del peligro, la seducción fatal que nos llevará transgredir lo prohibido. Y lo prohibido suele ser siempre sinónimo de cuanto se desnuda, desvela o evidencia la verdad.
Quien se atreviera a introducir la mano en el cajón de estos versos, en la desnuda y díscola boca della veritá, probará la dulce y amarga vocación del corazón en su deriva hacia el conocimiento. Este es un libro de iniciación, y como todo tránsito será fuente y espejo de dolor, pues como escribió Jean de la Fontaine, “gloria”.
Dividido en tres partes, Cumplo, Miento y , el primer libro de Teresa Suárez, La mentira de Lilith, es el suma y sigue de una poética confesional, donde la primera persona, el femenino adquiere un pronunciamiento firme frente al universo que la rodea. El veneno del amor, el desamor, la madurez de quien vive en carne propia el amargo tránsito entre lo cierto y lo imposible, es, en definitiva, el primer núcleo básico de este conjunto de poemas que ahora ve la luz.
Con La mentira de Lilith, Teresa Suárez se desliza ejercicio de tres voces bien definidas: por una parte, en esa tendencia confesional de género en la que parece nadar como pez en el agua y en la cual se arbitran los principios ideológicos y temáticos del libro. En un segundo plano, la sociales que la reflejan y sitúan en una posición Y finalmente, y recogida bajo el título de , se presenta la voz más conceptual, donde Teresa Suárez adquiere un mayor distanciamiento respecto al texto, dando paso de esta manera a un escéptico sentido del humor que cohabita en algunos momentos con la emoción más íntima, como en el poema dedicado a su madre o el que cierra el libro.
La mentira de Lilith es en su conjunto un poema que trata de la metamorfosis, del conflicto entre lo que sentimos y lo que parecemos sentir, es la voz de una rehacer su propia esencia, la distancia que media entre dos mundos que son el mismo. Teresa, finalmente, utiliza la figura de Lilith para reivindicar el discurso de la pasión en un mundo donde amar se ha convertido en un simulacro del propio amor. Así, y con su propia voz, como termina uno de los poemas del libro, podría cerrarse este prólogo, siempre equívoco, de quien piensa con sus propias palabras “Que la entrega duele pero nunca es dolorosa./ Y que no te quiero porque te necesite, / sino que te necesito porque te quiero”.
Uberto Stabile
CUATRO POEMAS, A MODO DE EJEMPLO:
No te confundas, que yo sí se querer.
Y envenenarme una y otra vez del amor
pero en letras mayúsculas,
con pasión,
que nunca me gustaron las medias tintas
ni me asalta el miedo cuando de amor se trata.
Que la entrega duele pero nunca es dolorosa.
Y que no te quiero porque te necesite,
sino que te necesito porque te quiero.
——-
Me siento incapaz de teorizar sobre tu situación.
Me avergüenza mirarte a los ojos
y me incomoda esta culpabilidad
absurda y constante que me golpea
en la sien.
No sé a qué viene querer entenderte con tanto afán.
Yo también conozco el frío,
el de las siete y veinte de la mañana
en la parada del autobús
con la bufanda tapándome la nariz a modo de sari.
Cómo entenderte yo,
que soy incapaz de viajar sin las fotos de los míos,
sin un callejero de la ciudad que visite,
sin la tarjeta y el móvil,
sin un beso de despedida.