Un soneto me manda a hacer Violante…
Besas como si fueses a comerme.
Cabe una rama en flor busqué tu arrimo.
¿No es verdad, ángel de amor…
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
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Purititas antiguallas. Todo superado. ¡Si hay una tierra de Federico e incluso una en la que se cogen taxis con el recado de escribir bajo el sobaco - o el portátil, que viene a ser lo mismo -, ésta nuestra es la de Juan Ramón, y nos da lo mismito que sean de experiencia, relativistas, reflexivos, de la conciencia o la diferencia, crípticos o de compromiso… !
Lo que importa es que se parezcan lo menos posible a los anteriores, incluido JR, que provoquen, que hagan sentir y pensar, que simbolicen todo lo simbolizable y que lleven la música -el encantamiento- en los tuétanos del verbo cual si metáfora fuese.
Y para el ritmo, unos buenos timbales y una zambomba.