Relatos punzantes, iconoclastas, expresivos de la ridiculez de algunas costumbres de nuestros días, y de días ajenos, para qué ocultarlo, que el derecho de propiedad no abarca a los retazos del tiempo.
Y bien escritos. Con prosa capaz de aunar las perfecciones gramaticales, estilísticas y expresivas con el humor, la crítica, el sarcasmo, el buen gusto, mas sin temerle a algún exceso verbal y realista: la cuestión es hacer saltar de su asiento a los lectores por el impacto que la reflexión sobre lo leído les provoque.
Con criterios así seleccionamos los textos a publicar.
Por eso podemos enorgullecernos de que determinados centros de distribución se hayan negado a vender nuestros libros. Y es que el exceso de incienso hace toser y no deja ver.
Pasen, pues, hojeen, compren, diviértanse, reflexionen y actúen. Pueden quedar agotados. ¡Hale, hop!