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Como si fuera una especie de maldición con efectos repetitivos, una nueva mancha de petróleo flota sobre las aguas que circundan la ría de Huelva, Marismas del Odiel y el Parque Nacional de Doñana. En idénticas circunstancias aparéntemente a las que se produjeron en el vertido de finales de Julio y como nuevo desmentido y aviso a navegantes que continuamente publicitan que está “todo controlado” desde sus despachos oficiales bien pagados.
Huelva reúne en su ría tal acumulación de riesgos de desastre ambiental que lo más normal es que se sucedan accidentes, incidentes y episodios contaminantes que se suman a la contaminación cotidiana procedente de las chimeneas o presente de forma escandalosa en las balsas de fosfoyesos.
Refinerías, térmicas y plantas de transformación y almacenamientos de combustibles y otras sustancias, buques que las transportan en un continuo trasiego, aumentan en cantidad y peligrosidad en las instalaciones del Polo Químico y del Puerto de Huelva, bajo el aliento continuo de la Autoridad Portuaria e instituciones como la Diputación Provincial y la Junta de Andalucía con todas sus delegaciones.
Ahora habrá declaraciones minimizadoras y llamadas a la tranquilidad, a la vez que se llenarán la boca de sostenibilidades varias, mientras se publicitan con la organización de Conferencias Europeas sobre cambio climático, cuya financiación corre a cargo de una Autoridad Portuaria líder en favorecer las emisiones de gases de efecto invernadero y que mucho tendrá que invertir, junto con la industria petroquímica, en lavados de cara, ya que cada vez la tienen más sucia. Luego vendrá el olvido, más ampliaciones de la refinería y más tanques de metano, más trasiego de buques explosivos y y el recuento de beneficios hasta el siguiente incidente, accidente o desastre, con el deseo de que siga siendo “controlado”, en esta ruleta rusa en la que nos mantienen en juego a la costa de Huelva.
Ecologistas en Acción denuncia una vez más esta situación de indefensión en que vivimos las personas y la naturaleza en Huelva y considera urgente para nuestra supervivencia la apuesta por las energías renovables y la producción limpia frente a las políticas de seguir haciendo lo mismo, con más lavados de cara que están poniendo en riesgo continuamente la supervivencia de los ecosistemas de nuestro entorno y de la propia población.