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Huelva en la revista Le Nouvel Observateur

LA CONTAMINACION DE HUELVA

La Punta del Sebo, en el sudoeste de Andalucía, en el corazón de los pantanos de la región de Huelva, en la confluencia de los ríos de Odiel y de Tinto. Los rayos del sol golpean las paredes blancas de los pueblos andaluces y del camino que desciende desde Sevilla hacia el océano Atlántico. Imagen de postal. Paraíso ecológico. A algunos kilómetros de ahí, Huelva, 150.000 habitantes, embarcación de ladrillo y de hormigón suspendida sobre esta lengua de tierra arenosa, territorio de los toros y de las cigüeñas. Huelva, cercada por decenas de chimeneas industriales que escupen un humo espeso y opaco. Y por todas partes en la atmósfera un olor de huevo podrido y este picazón que te quema la garganta.

La culpa a las fábricas de producción de estiercol, a las de laminados de cobre, a las de producción de papel, las centrales térmicas, la refinería de petróleo… La culpa a Franco, que, en 1964, impuso a la ciudad la construcción de un polo químico. Objetivo del Caudillo: sacar provecho de las riquezas mineras de la región. Más de cuarenta años después, el polo químico y sus 16 industrias desfiguraron la ría, este estuario magnífico donde se precipitan las aguas del Atlántico. El “polo”, en algunas décadas, destruyó la playa situada en la confluencia de ambos ríos. Más grave, es acusado de ser el origen de millares de cánceres.

En estos últimos años, dos estudios universitarios revelaron la catástrofe. El primero, llevado a cabo por el profesor Benach, de la universidad Pompeu Fabre de Barcelona y aparecido en 2003, relevó, en la provincia, los índices de mortalidad por cáncer del 25 % superiores a la media. El segundo, publicado este verano por la Universidad Juan Carlos III, confirma una situación sanitaria alarmante. Para los habitantes, el culpable no da lugar a dudas. “Qué no se venga a decirnos que llegó por casualidad “, exclama, la rabia en el vientre, José-Antonio Santos, el presidente de la asociación deportiva Solua. Profesor educativo física(físico), no fumador, la higiene de vida irreprochable, padece sin embargo a sus 55 años cáncer de estómago.

Para gritar su cólera, una treintena de asociaciones se reagrupó en el seno de la plataforma de Mesa de la Ria. Juani Ordonez, miembro de la asociación de vecinos, no esperó a la publicación de las muertes para preocuparse. Demasiados allegados golpeados por el cáncer: de huesos, de colon, de estómago, de laringe, de útero, de pulmón…” Tarde o temprano, será mi turno. Lo sé… “Demasiados asmáticos también: el 14,8 % de la población. Demasiado azufre y arsénico en el aire. Demasiados vertidos en el agua. Demasiados accidentes ecológicos : Acerinox y sus desechos radiactivos, los vertidos ilegales de Atlantic Copper, las roturas de diques de tensión de los ácidos tóxicos de Fertiberia…

En cuarenta años, Fertiberia, fábrica inmensa de producción de abonos sintéticos, dejó al borde del río Tinto, cerca de 120 millones de toneladas de fosfoyeso, un residuo radiactivo que se produce por la transformación del ácido fosfórico en fósforo. Transformando así 1.200 hectáreas de terrenos pantanosos en ” una de las descargas más grandes de residuos industriales del mundo “, según Carlos Bravo, responsable de la campaña de energía nuclear de Greenpeace.

A 400 metros de las Marismas del Odiel, clasificadas Reserva de la Biosfera por la Unesco, y sus ejércitos de cigüeñas, de flamencos rosas y de garzas, y a 300 metros apenas de las primeras casas, esta descarga a cielo abierto forma un paisaje lunar. Un cementerio inmenso radiactivo y blanquecino que se ofrece a la vista de cualquiera que decida hacer caso omiso de un flaco panel de prohibición de acceso. La zona apenas está vigilada. Camiones conducidos por trabajadores desprotegidos se atarean allí cada día. Sin embargo las asociaciones ecológicas denuncian una radioactividad 27 veces superior a la normal. Pero tanto el Consejo superior de Investigación científica (CSIC) como el Consejo de Seguridad nuclear (CSN) desmienten las cifras y minimizan los riesgos. ¿ A quién creer? Para desenredar la verdad de la guadaña, el octubre pasado, Greenpeace acude a un laboratorio francés, la Comisión de Búsqueda y de Información independientes sobre la Radioactividad (Criirad). El estudio de los suelos concluye a la presencia de uranio 238 y 235 y de torio 232 en concentración anormalmente elevada, de polonio 210, el mismo que sirvió para envenenar al espía ruso Litvinenko, de radón 222, cuyo carácter cancerígeno es conocido, y ” de un nivel de radiaciones gamma de 5 a 38 veces superior al normal “, explica Bruno Chareyron, Ingeniera en física nuclear encargada del estudio. ” Basta con quedarse nueve minutos al día durante un año para recibir una dosis que la directiva Euratom considera peligrosa para la salud. La instalación debería ser clasificada radiactiva y los residuos administrados como tales.

A pesar de todas estas alertas, el gobierno andaluz no se mueve. Se niega a lanzar un estudio epidemiológico y devuelve la queja sobre los técnicos. “Las emisiones a la atmósfera de nitrógeno, dióxido de carbono o de azufre están en los límites, salvo casos puntuales, mantiene José Antonio Candela, jefe del servicio de protección ecológica andaluza en Huelva. Nadie puede decir que no hay contaminación en Huelva, pero no tiene ver nada que ver con lo que existía en los años 80. “No debe entrar el pánico, pues”. Sólo el endocrinólogo Francisco López Rueda, en 1998, se atreve a hacer público el lazo entre polución química y situación sanitaria. Y llega a descubrir una forma particular de tiroiditis que atribuye a una contaminación en el agua. “En 1995, la sequía arrastró una concentración de residuos químicos, vertidos de manera incontrolada en la reserva del Chanza, provocando una enfermedad, tiroiditis atípica, que la padecen hoy cerca de 1.200 personas en Huelva, resume el médico cuyas inquietudes les costaron algunos perjuicios. “Fui víctima de hostigamiento profesional por parte de la administración: calumnias, presiones, vejaciones, tuve que abandonar el SAS [Servicio andaluz de Salud].” ¿Presiones? Pepe Cantó, geólogo de …….. de Indiana Jones, responsable técnico de la agencia andaluza de medio ambiente, dice haberlas recibido entre 1990 y 1995. Se había atrevido a señalar con el dedo a una empresa del polo químico que trataba los residuos industriales contaminando el medio ambiente de una manera desvergonzada. ” Mis superiores me dijeron a callar, afirma. Recibí amenazas y me suspendieron el contrato durante cinco años, supuestamente por incompatibilidad.”. ¿Qué hacer frente a las industrias de Huelva, reagrupadas en el seno de la Asociación poderosa de las Industrias químicas y básicas de Huelva (AIQB) cuyo volumen de negocios asciende a 6 mil millones de euros?

Las empresas del polo químico pagaron más de 1,6 millón de euros de impuestos al “medio ambiente” a la Comunidad andaluza. Con sus 6.700 empleados directos, blande sin dificultad el espectro del paro. “Como trabajadores, nuestra prioridad es defender el empleo, se defiende Luciano Gómez, Secretario del sindicato .En resumen, las empresas del polo químico indirectamente dan trabajo a cerca de 16.000 personas. ” ¿La lombriz reina para evitar el paro? Pero los casos de contaminación surgen al hilo de los meses. Isabel, agricultora, desarrolló un hipotiroidismo. Cristo cuenta la enfermedad de su hija, aquejada del síndrome de fatiga crónica. Domingo, aquejado de cáncer de pulmón, se siente “engañado”: ” los índices de cánceres son tan elevados que debe de haber una razón. ”

El agua fluyó bajo los puentes del río Tinto desde que Cristóbal Colón, un día del mes de agosto de 1492, se embarcara a bordo de su carabela con destino a lo que se llamaría América. Hoy, como él, los habitantes de Huelva se van al extranjero: hacia Greenpeace. La asociación ecologista pidió en el Parlamento europeo realizar un estudio epidemiológico “neutro” a Huelva.

Deben esperan para conocer los resultados este año. Por ahora, la condena de Fertiberia parece inevitable. Todo el mundo está convencido de que tarde o temprano deberá acabar sus emisiones. ¿Cuándo? Los abogados de la empresa ya negocian un cese progresivo de actividad sobre diez años. Mientras tanto la fábrica continúa escupiendo sus residuos radiactivos en uno de los estuarios más bellos de España.

SandrineMorel

(artículo traducido al español de la revista francesa Le Nouvel Observateur)

http://hebdo.nouvelobs.com/hebdo/parution/p2259/articles/a367048-les_contaminés_de_huelva.htm



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2 comentarios en Huelva en la revista Le Nouvel Observateur

  • Chema

    Hay que movilizarse, no sirve con lamentar lo que está sucediendo si no hacemos fuerza. Soy huelvano y andaluz exiliado…me gustaría unirme a la mesa de la ría, alqguien me puede decir cómo puedo hacerlo??

  • layla

    Puedes rellenar nuestra ficha,en la pestaña de la parte superior que pone “colabora” la podras encontrar.enviarnos un correo electronico, por nuestro sistema de comunicación interna te facililitaremos toda la información que nos solicites.
    La información es una parte mas de la concienciación estoy de acuerdo contigo que no es la unica,pero es inportante que se conosca lo que ocurre en huelva y difundirlo fuera de nuestra ciudad y de nuestras fornteras.
    Saludos.