Artículo original en Choco Tóxico
Don Pedro Rodríguez González lleva siendo alcalde de la ciudad de Huelva desde 1995, y es de nuevo el candidato del Partido Popular a la alcaldía para las elecciones municipales del próximo 22 de mayo.
Pues bien, respecto al que para muchos representa el mayor caso de contaminación industrial en Europa, las balsas de fosfoyesos, que ocupan 1200 hectáreas de terreno a las puertas mismas de la ciudad, engendro mostruoso de residuos depositados durante 40 años por las empresas Fertiberia y Foret, don Pedro Rodríguez en todos los años de su mandato, 16 años para ser exactos, todo el tiempo que ha dedicado para buscar una solución a semejante problema ha sido el necesario para parir una frase que pasará a la historia de la ciudad, y que define bien a las claras su política medioambental, tanto frente a los fosfoyesos, como frente a las industrias químicas ubicadas en la Avda Francisco Montenegro de la capital, a saber: “cuando yo llegué al Ayuntamiento, eso estaba ahí ya“. En definitiva, que como él no había creado el problema no tenía que buscar soluciones.
Iluminado por esta singularísima política, don Pedro Rodríguez ha dejado transcurrir 16 años, 4 mandatos como alcalde, durante los cuales, mientras las factorías de Fertiberia y Foret permanecieron abiertas contaminando incesantemente la marisma del Tinto con riadas de fosfoyesos, nada a hecho por buscar una solución al que, probablemente, sea el mayor problema de la ciudad, bien al contrario, no se cortó un pelo en bailarle el agua a la Industria Química, llegando a firmar un pacto por la Industria en Huelva.
Mientras él bailaba con la industria en su particular guateque, otros se partían la cara, metafórica y literalmente, por acabar con semejante aberración medioambiental: WWF Adena, Greenpeace, Ecologistas en Acción, Plataforma Recupera Tu Ría … Y ahora, cuando tras una larga y ardua batalla legal y ciudadana, los Tribunales españoles han declarado caducado el derecho de esas industria a seguir vertiendo sus residuos en las balsas, ahora, cuando la Comisión Europea ha declarado la irresponsabilidad que ha supuesto la permisibidad de la administración respecto a dichos vertidos, ahora, es cuando el alcalde pretende aparecer como el salvador de la patria, como el adalid del onubensismo, como le gusta llamar a su política de masas.
Y no sólo el alcalde ha tenido que esperar que otros le solucionen el principal problema medioambiental de Europa, que tenía metido en el corral de su propia casa, sino que, además, para anunciar la buena nueva de su revelación fosfoyesera se va anunciarlo a Sevilla, con un par. Viva el onubensismo bien entendido.
Los fosfoyesos convertidos en idílico lugar de esparcimiento para el Ocio, la Ciencia y el Medioambiente. Nada nuevo, el mismo guión, la misma letra que canturrea por las esquinas el PSOE desde la Consejería de Medio Ambiente, si bien éstos van más allá, como preconiza Petronila de su amada Huelva desde la Diputación, añadiendo a los fosfoyesos una vertiente “fuertemente cultural”.
Para uno, las balsas de fosfoyesos servirán de enlace de Huelva con los lugares colombinos, para el otro, un espacio fuertemente cultural. De corral de comedia, sino fuera, como es, una historia para llorar.
A ambos partidos se las trae al pairo la salud y el futuro de Huelva. Ambos son cortoplacistas. Ambos son electoralistas. Ambos lo único que quieren es echar una capa de tierra y escombros por encima de los fosfoyesos, poner unos columpios, un carril bici, dos placas solares y aqui paz y después gloria, ojos que no ven, corazón que no siente, obviando lo que para las generaciones futuras representará la gestión y mantenimiento de su chapuza, porque una cosa está clara, los fosfoyesos no se van a volatilizar, van a permanecer ahí abajo durante siglos, con toda su carga contaminate y drenando radioactividad a la ria, como demuestra el propio informe encargado a las universidades de Huelva y Sevilla por la empresa encargada del proyecto de recuperación (ver la entrada de este blog: “Fosfoyesos, medias verdades y radioactividad. A propósito del proyecto de recuperación de las balsas de fosfoyesos“).
Lo que nos queda por ver (y escuchar) de aquí al 22 de mayo.
La desfachatez de Perico Rodri es tremenda.Después de varias legislaturas como Alcalde de Huelva, ha pasado totlamente del problema de los fosfoyesos y de su repercusión en la salud de sus conciudadanos, siendo esta una importante responsabilidad suya como alcalde de los onubenses.Su lema ha sido no hablar para no comprometerse, que eso ya estaba ahí y que venga Dios y lo arregle,y bajo cuerda pactar con patronhal y sindicatos para que sigan enmierdando nuestra Ría para varios lustros más. O sea callar y cobrar.
Desde luego nunca será recordado como un alcalde valiente que supo defender el medio ambiente y la salud de los onubenses contra la presión económica de la AIQB. Todo lo contrario, será recordado como un alcalde cobarde y pasota.