Vivahuelva.es - Joaquín Cabanillas


La empresa lo acata, y una vez que anunció que ahora el ácido sulfúrico y  fosfórico lo importará de Marruecos (a través de la compañía estatal  OCP), cierra las plantas de producción de Francisco Montenegro. Pero,  como se han encargado de recordar las administraciones, tendrá que  rascarse el bolsillo, ya que ha de depositar un aval de 21,9 millones de  euros para el proceso de recuperación de la zona, cumpliendo el  precepto de que ‘Quien contamina, paga’.
En cuanto a la reestructuración laboral que el cierre de estas plantas  lleva consigo, el secretario general de la Sección Sindical de UGT en  Fertiberia, Gregorio Falero, ha explicado que del total de la plantilla,  146 se acogen a prejubilaciones con su correspondiente indemnización  –60 empleados ya salieron de la factoría–, dejando la empresa a partir  del próximo día 2 de enero. Así, la plantilla quedará formada por 127  empleados indefinidos y 12 de forma transitoria, que trabajarán en la  planta de depuración de aguas, puesta en marcha para “agilizar” la  restauración ambiental y tratar las aguas de los fosfoyesos.
Ahora toca limpiar la zona, para lo que la Junta y el Gobierno ponen en  práctica un tratamiento ‘in situ’ de los fosfoyesos mediante técnicas de  suelos artificiales, así como contempla la redacción de un proyecto de  revegetación de las zonas y un Plan de Seguimiento y Monitorización.






¡Que nadie se asuste por los cierres de las factorías! es algo evidente desde hace 10 años; ni trabajadores, ni sindicatos ni administraciones han tenido la suficiente capacidad de anticipación. Todos han pensado que bueno, ya se solucionará, y ahora se mira al de enfrente para culpabilizarlo.
Más autocrítica, más anticipación, más planificación, más gestión, y menos lágrimas.
¿Cómos se para una fábrica sin despedir a nadie?.
Cierto, llevamos 10 años pensandolo y al final como no hemos encontrado solución que se vayan todos al paro y que les den.