El pasado jueves un taxista me preguntó qué era eso de la homofobia. El rechazo a gays, lesbianas y bisexuales, le dije. Y si es hacia los transexuales sería transfobia, añadí. Estos rechazos son hoy una realidad mucho más desconocida de lo que pueden serlo el rechazo que sufren otros colectivos sociales, y se hace necesario el posicionamiento expreso contra ellos de los ciudadanos de bien y de las instituciones que nos representan.